ANIVERSARIO: La razón para opinar es el país
PAÍS DE RUMORES.- La diáfana realidad venezolana exige de nosotros, sus ciudadanos, asumir la responsabilidad protagónica e ineludible en el desarrollo de la sociedad en la cual cohabitamos. Cada quien desde su trinchera de lucha debe enarbolar las banderas conciliatorias del mutuo reconocimiento entre adeptos y adversarios, con el único afán y la premura de construir un mejor país, productivo, pujante. Esa Venezuela posible que anda apretujándose en las esquinas, buscando imponerse entre el desdén del bullicio y las calamidades.
Desde un primer momento este blog fue concebido como un espacio donde la ideología, ideas y pensamientos convergen en la necesidad de crecer como individuos conscientes y críticos del entorno social, participes en las eventualidades de carácter histórico que se presentan en la realidad y, fieles practicantes de los principios de la democracia.
Venezuela es un país donde las noticias son proliferas, un día común es notoriamente acontecido, el gentilicio se inquieta si durante el mediodía se mantiene el estatus quo y las versiones oficiales son dantescas, fantasiosas, conspirativas o simplemente no existen. Abundan en las esquinas ciudadanos con ganas de expresar su descontento con plena notoriedad, para que cada transeúnte sea testigo y espectador de sus conflictos con el gobierno que no son ajenos ni al más fiel de sus seguidores todos lanzan gritos de protesta.
La esperanza se entromete en cada conversación, la gente siempre habla de "algo que va a pasar" sin saber qué o sin imaginar siquiera remotamente las consecuencias si ocurriese tal suposición. Murmuran públicamente en las redes sociales, una estampida de "dateados" pasan a ser primos hermanos y "altos panas" de militares y gente del gobierno, en aquel extremo fantasean con reuniones y golpes continuados, toda una conmoción propiciada por los tentáculos de la crisis que se propaga por todo el territorio nacional, un bagaje de improperios y pseudónimos que nos consagra como un único país, el país de los rumores.
Los artículos de opinión abastecen en plena orfandad informativa. Mientras los medios de comunicación nacionales guardan cómplices y sepulcrales silencios, cientos de políticos, comediantes, letrados, conocedores y opinadores de oficio se cobijan en el género más amplio del periodismo y escudriñan cada una de sus modalidades para con suspicacia, talante y basto conocimiento irrumpir en el espacio para dar cabida a su reclamo, sugerencia o desacuerdo con alguna declaración del presidente, política implementada o cosas, tantas cosas que por corruptos e ineficientes se han dejado de hacer.
Violencia, escasez, desabastecimiento, represión, decadencia moral, osadía, el desahucio de la moneda nacional, las razones para opinar sobran, quienes opinen también, pero se impone la imprescindible, la más importante, la razón fatigada, el país, nuestra Venezuela ultrajada es la materia prima propicia para el reclamo.
Esta tribuna libre cumple dos años acontecidos, un periodo en el cual amigos, compañeros y fieles lectores se han sumado al proyecto de difundir el pensamiento y no renunciar a los valores, principios y condiciones haciendo uso del sagrado derecho a la libertad de expresión. Recopilar la sucesión de hechos en la actualidad venezolana es una tarea titánica, mucho más crearse una opinión sin sesgos ni privaciones.
El bien común, la posibilidad de dar las luchas necesarias en todos los espacios para consagrar los principios de la democracia, el respeto legitimo a la constitución y el cumplimiento irrestricto de obras sociales de envergadura que nos enrumben en el camino del progreso son y seguirán siendo nuestro objetivo. La opinión de cada uno es valiosa, considerada e importante, representa la posibilidad de consolidar un ideario de voluntades que se sumen para edificar un mejor país, ese que nos sigue dando razones para opinar.
