PAÍS DE RUMORES

Ha pasado más de una semana desde que en definitiva, un monstruo llamado pueblo y hecho país, despertó con la convicción de querer lograr un cambio político, acompañados de manos blancas llenas de esperanza, rabia, amor y desenfreno que buscan construir un mejor país, un país de futuro, es el grito ensordecedor de “Estudiantes” que levantó el polvorín en un gentilicio que no parece resignarse, y aunque los gases, las balas, los perdigones y la indolencia nos han dejado almas perdidas, en jóvenes, héroes, valientes, hoy la fuerza y la serenidad acompañan una lucha que se hace incansable, porque es la lucha de todos, es por la libertad, es por lo nuestro.  El jueves se nos fue tío Simón, aquel, aquel potro patas negras de trines tan marmoleñas hace unos días se murió ¿Por qué? ¿Por qué ahora? Simón era una avenida donde cabíamos todos los venezolanos, un hombre que nació con el salto Ángel tatuado en el rostro, Simón se fue y nos dejó la sabana, ni siquiera logramos abarrotar las call