Is Obama ready to sign? Por Jorwen Rodríguez


El Senado y la Cámara de representantes Estadounidense aprobaron una ley de sanciones contra funcionarios del gobierno venezolano acusados de violaciones a los Derechos Humanos que espera por la firma del presidente Obama


Jorwen Rodriguez.- El trámite burocrático que conlleva la aprobación de sanciones a funcionarios del gobierno venezolano por parte de los EEUU parecía ser un proceso engorroso cuyo desenlace tomaría un extenso periodo para lograr un acuerdo unánime de aprobación entre el Senado y el Congreso norteamericano. Pese a los esfuerzos petroleros de los patriotas cooperantes adeptos a Maduro y el constante “Lobby” instalado en Washington y New York no solo del gobierno sino de algunos personeros de la MUD. En menos de una semana el proyecto de ley contra los corruptos y violadoras de Derechos Humanos del gobiernito criollo, ya está listo para que el presidente estadounidense Mr. Barack Obama estampe su rúbrica como constancia de que la impunidad y el desparpajo no se premian allá por América del norte. 

 Eso de llamar “injerencia” a unas sanciones contra ciudadanos, política y administrativamente responsables de sus acciones, no es más que otra de las patrañas propagandísticas y retoricas del clan que ha gobernado Venezuela. De ninguna manera son contra pueblo alguno o representan bloqueos y ataques contra un país constituido y reconocido legítimamente como soberano. Se trata de un impedimento de que ese discurso doble moral revolucionario (yo ataco al imperio y recibo el año en el Empire State) siga calando en la inmoralidad de la burocracia nacionalista, es decir, les congela sus activos, cuentas y propiedades allá en el imperio y les impide la posibilidad de pisar el suelo del tío Sam. Lo que llaman “El deber ser” o la coherencia con lo que se predica

 Más allá del alcance de las sanciones, el hecho notorio e importante es la constancia que se deja ante el mundo, de que estos “funcionarios” colaboracionistas y serviles al régimen encabezado por Nicolás Maduro, son los protagonistas y responsables de las constantes violaciones a los Derechos Humanos en Venezuela. Llámese, libertad de expresión, pensamiento, derecho a la vida, al debido proceso, a la no violencia y otros tantos que en esta república bananera se irrespetan abruptamente.

 Estas medidas claramente no son motivo de alegría, pues representan el desvanecimiento del poderío independiente de moral y justicia de la nación, la debacle de la administración ejecutiva venezolana, el desastre chavista y revolucionario del poder impopular de los últimos quince años, la desbordante corrupción, el peculado y desvío de fondos para hacerse de cuentas y propiedades en el exterior, la incapacidad de Maduro y lo cavernícola, déspota, dictatorial y tirano del manejo de la fuerza pública contra los estudiantes y ciudadanos del país. 

 Por otro lado, son la firme constancia de que en el mundo exterior hay quienes no ignoran la triste realidad venezolana y el carácter represivo de un gobierno que desde su arranque carece de legitimidad, además son el vapuleo necesario a estos “guapos y apoyados” que hoy ostentan el poder en el país. No es que uno pretenda exacerbarse y celebrar de forma despampanante que sea necesario sancionar a alguien en Venezuela por violentar los derechos humanos de la ciudadanía y disparar a quema ropa sin mediar palabra o con el procedimiento de acción implícito con la credencial policial. 

 Es lamentable que sea este gobierno quién después de más de 50 años de democracia pretenda imponerse en medio de la arbitrariedad, la persecución y arrojar a la república a un despeñadero de ataques e improperios contra la disidencia como en las peores dictaduras del mundo. Pero son estas sanciones el símbolo que representa un muro, la detención al descalabro y la primera de todas las que deben tomarse contra quienes son cómplices de la tortura, la persecución, el apresamiento y el trato inhumano y asqueante contra quienes son sus compatriotas. 

 Is Obama ready to sign? 

 Está Obama listo para firmar? El señor presidente de los Estados Unidos, ese que conoce a la perfección lo complicada y perfectible de la burocracia norteamericana, lo engorroso que es estrechar mano entre Demócratas y Republicanos, hoy tiene en sus manos un proyecto de ley aprobado en unanimidad por el Senado y el Congreso norteamericano que sanciona a los cómplices serviles del desgobierno venezolano, a quienes han violentado las arcas de la moral y la dignidad nacional, solo hace falta su rúbrica, su estampa para darle cauce a la primera acción contra la arbitrariedad de estos nefastos revolucionarios de la inclemencia. 

 Señor Obama, si quiere le presto un lapicero, pues con la dignidad de la república herida y la moral de la patria ensangrentada, debo apoyarle que sancione a esta gente para que nunca más se atropelle a otro ciudadano venezolano sin que haya justicia. No creo que tenga algo en qué pensar, ni siquiera en las relaciones diplomáticas que desde hace años son hostiles y mucho menos en los tratados comerciales, bien conoce usted que somos nosotros quienes dependemos de su solvencia. 

 Los cómplices del sur, enarbolan el Alba y se ofenden, se indignan ante este acto de justicia, que no es más que eso, un acto necesario para que la impunidad, la percusión y los atropellos del régimen impuesto en Venezuela no trascienda. 

 Firme pronto Mr. Obama.

Jorwen Rodríguez
@JorwenLosabe

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