"Vacaciones" para el ministro por Jorwen Rodríguez

Miguel Rodríguez Torres fue removido de su cargo como Ministro de Interior Justicia Paz, la cartera fue asignada a la Almiranta Carmen Meléndez y el Ministerio de Defensa al General Padrino López. 


PR.- Si algo en Venezuela puede compararse con una verbena popular es el manejo del poder ejecutivo durante los últimos años. La repartición clientelista de cargos entre artistas, amigos, primos, hermanos y verdugos es el pan nuestro de cada día. Con eso de que la burocracia socialista está en pleno apogeo, con más de 30 ministerios con vice ministros incluidos, una docena de vicepresidencias subalternas y la repartición equitativa de la presidencia de las tantas corporaciones que maneja el gobierno, aquí cada quién tiene seguro su cambur o su enchufe, como usted quiera llamarlo, siempre y cuando sea leal a la revolución y no se ande metiendo en lo que no debe. 

 El asunto vertiginoso que nos conlleva a esta reflexión, es la reciente (ayer) remoción de Miguel Rodríguez Torres como Ministro de Interior Justicia y Paz. El más fiel personero de gobierno heredado de Chávez a Nicolás Maduro, protagonista de elogios y condecoraciones por su actuación represora y en otras diligente, contra las manifestaciones y protestas de principios de este año. El mismo merecedor de grandes reconocimientos por su labor “admirable” en materia de seguridad, ese, al que tanto había que defender de la derecha apátrida y la manipulación mediática empeñada en acusarlo de delincuente, hampón y otros descalificativos que nada tienen que ver con el currículo de un militante de la causa chavista, socialista y revolucionaria. 

 Según Maduro, con su connotada sapiencia, uso estricto del género y empleo admirable del vocablo, ya era tiempo de que el ministro Rodríguez Torres se tomara una “descanso” unas vacaciones obligadas. Esas mismas vacaciones que por alguna razón pública y notoria le fueron asignadas al ex ministro, ex erudito de la economía y ex suspicaz Jorge Giordani. 

 “Nadie es indispensable” y en el caso de gobierno, mucho más, si el personaje se vuelve incomodo, entrometido, o como dicen muchos por ahí ¿Presidenciable? Habría que analizar exhaustivamente a quien le era incomodo el ministro, mismo que ocupó el cargo que antes manejaba a su antojo Tareck El Aissami, gobernador de Aragua, y todos sus acólitos que son poco tolerantes y bastos en el desahogo de sus radicalismos con esos “quinta columna” que abundan en las filas revolucionarias. . 

 Y no es que yo pretenda fomentar la tesis de que la destitución de Rodríguez Torres obedezca a una conspiración ¡Que va! Nada de espadas de Damocles en el poder ejecutivo. Mucho menos quisiera sugerir, si quiera, que el ministro no merece unos días de confort, relajación y descanso en un destino paradisiaco. Al contrario, la remoción debió haber sido con boleto, viáticos incluidos, prolongado retorno y votos de silencio, no vaya a ser que se le ocurra andar enviando cartas sesgadas con matrices de opinión contra la maravilla de gobierno de Maduro y sus secuaces. 

 Tampoco quisiera suponer que la destitución del Ministro de Interior Justicia y Paz, en ocasión, es el resultado de ese desatinado incidente que ocurrió en Quinta Crespo ¿Quejeso de que los cuerpos de seguridad del Estado atropellen, vilipendien y disparen contra los grupos armados (por el mismo poder ejecutivo) en defensa de la patria socialista? No no! Ministro eso es inaceptable, eso es con los estudiantes ¿Cómo se le ocurre? 

 En cuanto a ese deleznable enfrentamiento entre grupos civiles armados y cuerpos de seguridad, lo único que resta decir es que quizá el gobierno nacional nunca prevé las consecuencias de sus radicalismos ¿A caso el poder popular no se subleva? 

 Lo cierto es que coincidentemente hace tres días, los colectivos (de paz, guerra, amor, arte, cultura y motos pifiando por toda Caracas) convocaron a una marcha hacia el Ministerio público, que luego no fue marcha sino manifestación en contra del venerado Rodríguez Torres, blanco de acusaciones directas por el asesinato de cinco miembros de colectivos y uno de sus líderes que minutos antes del enfrentamiento (a plomo limpio) lo había responsabilizado por su seguridad. Al final de la tarde la marcha no se dio, los colectivos súbitamente armados la suspendieron “por razones de seguridad”

 Hay que reconocer que tal escándalo removió las filas del gobierno, unos cuantos funcionarios del CICPC están detenidos para procurar el no desvío del “cauce” de las investigaciones según la fiscal General. El mismo y hasta entonces, ministro, tuvo que reunirse con aquellos desenfadados de la causa socialista que desde aquel día pedían su renuncia, por represor y todas esas barbaries de la que la oposición manipuladora y el foro penal venezolano lo viven responsabilizando. 

 Tras la suspensión de la marcha en contra del ministro, por esas cosas de la vida, dos días después es removido de su cargo, ya saben, una mera casualidad. Nada tiene que ver con las molestias causadas a los colectivos ¿no? 

 Tendríamos que preguntarnos si el Gobierno Nacional obedece a órdenes de subalternos, a grupos violentos, que apuntan sus armas contra esos intolerantes que pretenden aplicar la ley de Dios o la Justicia. No dudo que Rodríguez Torres tendrá vacaciones y por laaaaargo rato, me atrevo a decir que serán permanentes. 

 Pero las merece, nadie en este gobierno revolucionario anda provocando matrices de opinión y escándalos para que la manipulación mediática aproveche de descalificar la maravillosa obra y gestión de Nicolás Maduro. Diligentemente el presidente obrero, le recomendó un descanso, un paseíto a la Habana o a Bahamas, donde los dólares le alcancen y cuando se trata de gobierno ¡De que alcanzan, alcanzan! 

 Ministro ¡Bon Voyage!

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