Una vida llamada periodismo
Parece irreal escribir sobre el periodismo,
la profesión de la que nunca pensé formar parte, muchos saben desde el momento
de su concepción que las fibras que mueven su ser son la pasión por la verdad,
el deseo de informar, de ver la vida como la ve un periodista, por mi parte me
tomó más tiempo darme cuenta, pase por un proceso de ensayo y error, donde el
resultado me sorprendió, cada día me sigue sorprendiendo, fascinado y cambiando
la perspectiva de como veo la vida.
Gabriel García Márquez lo llamó El mejor oficio del mundo, yo aún no me
decido, por ahora lo llamare "vida" y es que precisamente eso es, sin importar
lo mucho que estudiemos la gramática, es la sintaxis de la vida lo que nos
enseña a ser verdaderos pioneros de la palabra, la ética por la verdad es algo
que sin importar la cantidad de cátedras que dicten en una universidad, sin
importar lo eximida que pases la materia, solo se aprende con la vida y las
experiencias que te forman como profesional.
El Periodismo, Ciencias de la Comunicación o
Comunicación Social, como quieran llamarla, es quizás la profesión más
menospreciada y subestimada en nuestro país, incluso catalogada como fácil y
sin importancia, pero muchos se han olvidado de lo sublime y maravillosa que
es, de las grandes personalidades de la historia que fueron nada más y nada
menos que periodistas, el mismísimo Márquez es ganador del permio Nobel a la
literatura, y si… él fue un periodista.
Las palabras son el mapa de nuestro mundo,
nuestro sistema nervioso central, nuestro sistema límbico, cada neurona, desde
el occipital hasta las falanges distales, cada célula de nuestro cuerpo se
mueven con un solo propósito y es el de informar veraz e inmediatamente o al
menos así debería ser... pero el monstruo del protagonismo, el desenfreno
tecnológico y el glamour que la carrera perece prometer han desvinculado la
realidad y muchos se olvidan de lo más importante. El verdadero periodismo no
se consigue en frente de una cámara dentro de estudio de grabación, el verdadero
periodismo está en la calle, el verdadero periodismo
es la práctica de la vida misma.
No se trata de quien lee documentos
confidenciales o quien publica el tubazo del día, tampoco la cantidad de
celebridades que hayas entrevistado y de que tan larga es tu nota con respecto
a la de los demás, porque como lo decía el gran Gabo Márquez “La mejor noticia
no es siempre la que se da primero sino muchas veces la que se da mejor” y es
que la calidad de las noticias se ha perdido en espectro de la tecnología,
donde la competencia por la primicia y la rapidez de la información es la
culpable.
Sin embargo y a pesar de que algunas veces se
desvirtúe el oficio, tener el placer de decir –Soy periodista– no tiene precio,
por ello, miro en retrospectiva sin arrepentimientos a los caminos que me
llevaron a elegir no solo esta carrera, sino este estilo de vida, por algo
Gabriel García Márquez lo llamo el mejor oficio del mundo y es que “El periodismo
es una pasión insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por su
confrontación descarnada con la realidad”.