¿Y la inspiración a donde se fue?

Una vez más me siento en frente del lápiz y el papel, buscando que escribir, tengo las ideas, tengo las ganas... pero las palabras parecen haber desaparecido, no están, simplemente no están. Y ¿ahora que hago? La inspiración se ha desvanecido, escapó o quizás yo la ahuyente, no lo sé, tal vez sea daño colateral del "congelamiento" ¿será eso?. Quiero respuestas, las deseo, las necesito, necesito de las palabras para poder gritar, expresar, sentir... pero ¿y si ya no siento? ¿Realmente me he convertido en un iceberg? Eso es lo que me digo a mi misma, quiero creerlo. ¿como llegue al punto de ya no querer sentir? He erradicado toda posibilidad de nuevas inspiraciones, seré la musa, pero...¿quien es la mía? Busco y rebusco en mi subconsciente, en mi atormentada y enloquecida mente, en mi terco y ¿frío? Corazón, buscó las respuestas, las palabras que tanto necesito. El miedo se asoma por la ventana, la inseguridad me hace dudar y la duda me hace temer, todo un ciclo que llegan a su punto de origen, me enloquece, me encierran en una zona de confort, me obligan a crear una burbuja que me proteja, pero.... ¿es eso vida? Ya no estoy feliz en mi "burbuja" simplemente estoy cómoda y ya. Me limito, ya no vivo, existo, eso es todo. ¿Y si me descongeló? ¿Y si decido derretirme? Sin duda algo cambiará, ya no estaré cómoda, pero ¿de que me sirve la comodidad?. Las respuestas no vienen solas, tengo que salir a buscarlas, en retos, experiencias, sensaciones, emociones, en una fiesta con amigos, en el salón de clases, en un café, en el metro, en la sonrisa de un desconocido, en una copa de tequila, en el dulce sabor del chocolate, en las caricias, en los besos, en el llanto, en las risas, en las películas, en cada rincón del planeta... las respuestas hay que buscarlas en las VIDA y para eso hay que vivirla. Yo dejé de hacerlo por un momento, decidí dejar de vivir, sólo existo o mejor dicho, existía, ahora vivo, estoy viva. La inspiración no se fue... aquí esta, siempre y cuando viva.