La Ciudad que Perdemos...
Estas calles, estas calles que me
llenan de tantos recuerdos, la nostalgia nubla mi mente, mis pensamientos, mi
sentir de la ciudad que perdemos, del país que dejamos derrumbar... ¿qué hemos
hecho? ¿Cómo hemos permitido que la tragedia reine en la ciudad que perdemos?
Mirarla me duele... Observar como
muere lenta y tortuosamente me entristece el alma, un dudo en mi garganta, una puñalada en mi estómago, como la más temible de todas las torturas, sólo logró
encontrar consuelo en las palabras, son lo único que me queda, las palabras que
tanto quiero gritar mientras levantó en alto mi identidad, así como millones de
venezolanos, queremos gritar y desahogar nuestro sentir, estamos en duelo,
mientras intentan censurar, callar, ocultar y hostigar, nos intentan condenar,
encadenar nuestra verdad. Aunque algunos no sean capaces de verlo, aún si todos
logran darse cuenta hacia donde nos dirigimos, aunque traten de violar nuestra
brújula, cambiar nuestro pensar, nuestros sentimientos, plantamos pie firme y
seguimos con el enaltecer de nuestra identidad.
¿Acaso somos nosotros los culpables
de este rumbo perdido? ¿Acaso algunos olvidaron la patria? ¿Dónde quedó la
solidaridad? ¿Cuando dejamos de ser hijos de la misma Venezuela? Nos estamos
extinguiendo como el fuego en el agua, cada día violentan nuestro derecho a la
vida, la inseguridad es como un cáncer que hace metástasis y destruye todo a su
paso ¿Desde cuándo el miedo se convirtió en nuestra filosofía de vida? ¿O es
que hemos dejado de vivir? ¿Luchar o rendirse?
Me pregunto a mi misma ¿es así como será? ¿Dejaremos de decir con
orgullo que llevamos el tricolor en nuestra sangre? ¿Nuestros próceres lucharon
para esta Venezuela? ¿Desde cuándo los lamentos de convierten en sátiras? ¿Desde
cuándo comenzamos a vivir en un país de comiquitas?
Las consignas y quejas son el pan
nuestro de cada día y la verdad que se encuentra en cada uno de nuestros
corazones llenos de tricolor, de llanos y folklore lucha por vencer la mordaza.
Son tantas las interrogantes que me
planteo constantemente que comienzo a pensar que vivimos en una interrogante
misma, unos dicen ser los dueños de las respuestas pero nadie las revela, se
han convertido en los reyes y reinas de una promesa. Ya no se qué pensar ¿O es
que debemos dejar de soñar? De añorar el país que nos merecemos o ¿es que acaso
no es así?... Esta es la Venezuela que nadie soñó.
Simplemente me consuelo en el poco papel que me queda y dejó que las
palabras se conviertan en mi única verdad mientras trató de sobrevivir en la
ciudad que estamos perdiendo, en este país de comiquitas... Comiquitas que hace
tiempo dejaron de ser cómicas.