El día del Cambio

   Caramba! como ha pasado el tiempo, se ha revuelto la marea, un año exacto desde la noche del 7 de Octubre de 2012 cuando Venezuela, para bien o para mal cambió.

   El más largo o el más corto de los años, apenas y puedo digerir todo lo que ha pasado, parece que como dijo un famoso cantante "la guagua va en reversa" pasaron cinco minutos, cuando de repente como el niño que se vuelve adolescente, diría María Teresa... Se nos atravesó el país, con todo y zona en reclamación.

   Sin Chávez, con Nicolás ¡Ay Nicolás! y la compleja nomenclatura que nos ofrece la química patria ¡Ay la patria! como han prostituido esa palabra desde un año. Y cómo no? sí al GIGANTE, porque Hugo era un gigante, se le ocurrió decir que lo que importaba era tener patria o tener sueño que es como tener patria pero más reconfortante.

   Lo cierto es, que algún gen "germino" en las entrañas de los venezolanos, una de esas tantas sensaciones de las que habla el gobierno que se convirtió en un entuerto que aún no ha dado tiempo de desenredar, hicimos honor a lo posible y lo imposible también, de rumor en rumor, hasta la más leve sospecha que plena, como la luna llena se confirmo y estrechó el camino, pues el posible panorama que agotaba sus tintas en el caliche noticioso, tenía un nuevo titular que al tiempo pasaron a ser las crónicas de una transición inesperada.

El oxígeno y el nitrógeno agraviaron la química patria, entre cadenas, secretos a voces, rumores mal o bien intencionados, el amigo del primo del amigo que sabía todos los runrunes y un diciembre inesperado, una navidad que exigía silencio, mesura y lunas menguantes como describiendo el final que no termina de cien años de soledad.

   Llegaron los falsos juramentos y las raras y poco estrictas interpretaciones constitucionales con el mes de enero, largo y fastidioso que hacia sospechar algo no andaba bien ¡pues! habían esperanzados que poetizaban el bien, el mal o la justicia divina, como sí algún terrestre conociera algo de eso... fueron las entrañas, el descuido, la vida misma o quién sabe, los venezolanos estábamos siendo obligados a cerrar un capitulo de la historia más larga de lo contemporáneo, "los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos" sentencio el silencio de la república aquella tarde del cinco de marzo, que alertaba desde la mañana que la calma vendría con la incertidumbre ¿y después de Chávez qué? nos preguntamos unos tantos, que crecimos conociendo un sólo presidente, que ahora era un mortal.

   Lágrimas, condolencias, mensajes, llegadas, salidas, guardias de honor, mareas rojas, un mar de pueblo que ni el más radical opositor se atrevía a refutar, horas y horas de caminatas, cantos, poemas, música venezolana que erizaba y a la vez entristecía era un fervor costumbrista, nos acostumbramos no al gobierno sino al mito, al látigo Hugo Rafael, una que otra excentricidad que pasaba desapercibida ante el dolor de una familia que a fin de cuentas lloraban al hombre y no al mito, ni al comandante presidente, se alargaron los días hasta la siembra, que a fin de cuentas se dio entre otra marea roja y los ojos del mundo.

   Días pasados ya no había tiempo, debía prevalecer el orden y el orden al menos por una vez debía ser constitucional, la institución puso fecha, era el día donde la cita nuevamente inesperada después hace seis meses volvía a ser con el civismo, con el compromiso, con la democracia y esa Venezuela prospera que todos soñamos, parecían hacerse eco material las palabras de aquel hombre ilusionado que cito en octubre del año anterior con contundencia "El tiempo de Dios es perfecto" y el tiempo llegó, el gobierno y la indolencia tenían fecha de caducidad 14 de abril de 2013 ..

   Y llegó abril, histórico, sorpresivo, el abril de la independencia, largas colas desde temprano, abundaban sonrisas y ojos vigilantes como sí algo bueno estuviera pasando. Al caer la noche la victoria parecía ser tangible, irrefutable, contundente, sin embargo, el mal presagio llegó con las horas, algo llamaba a estar alertas ¡Nos quieren robar la elección! y así fue, por unos cuántos votos, por un valor sin porcentaje creíble se impuso el interés, la manipulación y la voluntad de un nefasto personaje, gritos, cacerolas, lágrimas de frustración, un pueblo ardiendo en la arrechera de tener que renunciar a un destino que parecía esperanzador, que tenia que seguir soñando, ese día para mi, murió la república.

   El nuevo líder tenía una cita con la cordura, no había lucha ni gesta que pudiera levantarse encima de alguna gota de sangre de un Venezolano más ¡Ya tenemos suficiente violencia! tendría que volver la calma, el país volvía a exigir silencio, se impuso la voluntad del hombre algunos dicen "mientras tanto"...

La crónica después de Abril no es mejor, ni tan buena, pero hasta aquí nos trajo Octubre, hasta el naufragio de un sueño que aún vaga por las calles de la patria ¡Ay la patria! No somos los mismos Octubre nos cambió y tal vez... ¿para siempre?

Entradas populares de este blog

Muere nieto del empresario Omar Camero en un accidente aéreo

Vinotinto.