El país del fitness

Soy de los que siempre piensan lo mejor de la gente y no me nace sospecharle ningún tipo de mala intención a nadie, mucho menos al gobierno.

Yo soy, lo que se dice, una buena persona. Todo ese asunto de la devaluación, por ejemplo, que todo haya subido y cueste un ojo de la cara, yo creo que es a propósito. Pero no por maldad, o porque los que mandan no sepan gobernar, no todo lo contrario, saben màs que pescado frito. Hay que averiguar bien las cosas antes de andar despotricando y hablando mal de unos individuos que a mi no me cabe la menor duda de que son unos ciudadanos ejemplares.

 Hace tiempo leí unas estadísticas y vi una que explica todo lo que esta pasando ahora: nuestro país tiene una de las mayores tasas de obesidad del mundo. O sea que aqui hay el gordo en bruto. Todo el mundo sabe lo dañina que es la obesidad. las autoridades, también. Y debido a esto, alguien, sin duda una mente maestra - viva o difunta, de aqui o de otro lado, que mas da - concibió una estrategia integral, un plan verdaderamente genial para el bienestar de los venezolanos.

 ¿Se imaginan la leña que llevaria el gobierno si se hubiera puesto a prohibir a la brava los nefastos carbohidratos (harina, arroz, azúcar), las repulsivas grasas (ergo, aceite, mantequilla, margarina) y las toxicas proteínas de la carne de res y el pollo full de hormonas? Eso no hay régimen que lo aguante.

Entonces, muy inteligentemente, asi como quien no quiere la cosa, fue poniendo trabas con una excusa perfecta que todo el mundo acepta: no hay dolares (mentira, todo el mundo sabe que aqui hay dolares hasta para regalar, y si no que lo digan Cuba; Nicaragua, Bolivia, Ecuador, entre muchos otros) para que los fabricantes importen materia prima, insumos, ni material para los envases, plásticos, pegamento, etc, etc... De esta manera, esos productos perniciosos escasean, la población no los consume y se evita la temible gordura. Lo mismo sucede con los repuestos.

La idea es que la gente haga mas ejercicio y hay consenso en que el mas eficaz, el que no tiene ninguna contraindicación, es caminar. Antes, hasta para ir a la esquina iba en carro, pero ya no, pues el vehículo tiene tiempisimo parado porque no se consigue la maceta que se le partió. Y como un taxi cuesta una fortuna ( otro toque magistral en favor de la salud publica), si la diligencia es lejana agarro el Metro (de paso sauna gratis en la estación y dentro del vagón) pero si es cerquita a no mas de 10 o 15 cuadras de distancia, voy como Fernando, un ratico a pie y otro caminando.

 Yo francamente estoy feliz: hay paz en mi espíritu porque en lugar de estar pensando en lo peor , que si este es un gobierno malvado lleno de incapaces que se cogen todos los reales y dejan que todo se eche a perder por incompetencia, me he convencido de que todo es un plan friamente calculado para beneficiar al pueblo. Incluso los apagones son una excelente manera de preparar a la gente para que viva sin tanto periquito eléctrico, en previsión del agotamiento de energía que ocurrirá en unos 300 años. Y en lo que se refiere a mi yo físico, jamas había estado mejor: hasta chocolaticos tengo de tanto comer pepino, chayota y espinaca, de tanto caminar y de tanto subir y bajar los 15 pisos del edificio porque el ascensor se daño y como se sabe, no hay repuestos para repararlo.

 Confieso que me preocupa un detalle: como no tengo la agilidad de otros tiempos, puedo pelar un escalón y tirarme un clavado por la escalera. Si eso llegara a suceder, mi gran temor es que me atiendan uno de esos médicos express que creen que el duodeno es una pareja de cantantes.

O sea somos un país rumbo al fitness, the biggest loser criollo!