Sensaciones.

   Sábado 24 de agosto, estamos a poco más de cuatro meses para que termine el año ¡Como a cambiado el país! Venezuela es un país pujante, absurdo, impredecible, aquí a diario pasa de todo y a la vez no pasa nada ¡Es imposible aburrirse! y de todo a pasado desde aquel 8 de diciembre de 2012, no es el mismo país, ni el mismo presidente, ni la misma oposición pero sí la misma gente que sufre las calamidades de más de 200 años intentando encontrar quién enrumbe la república que tiene todo y a la vez no tiene nada. Apenas son las 7:25 de la mañana, amaneció fresco como fresca está la tinta de unos cuántos diarios que de reojo releo acompañado de un buen café, por cierto, es brasileño ya no quedan rastros de aquel fama de américa criollo ¡otro logro de esta revolución inerte! en el mismo vaivén de noticias de reojo también releo algunos tuits, el país reducido a una red social pendiendo de una red móvil, logró ver con preocupación que entre otros rubros las harinas aumentarán 25% y posiblemente el café que ni es venezolano aumente un 20% más de manera oficial ¡Caramba! Le aumentan el precio a las cosas que no se consiguen o es toda una odisea encontrarlas al precio y la marca que disponga, no el consumidor sino el estado.

   Tantas noticias que me dejan apabullado el gobierno en el delirio de Dante Alighieri y el presidente en la Divina comedia, titulares van y vienen entre la escasez, la inseguridad, la patria, la crisis hospitalaria y entre ellas se cuela el Miss Venezuela, que después de 60 años por primera vez cobrará la entrada a los asistentes ¡Así de mal están las cosas! Y hoy, precisamente hoy, tengo la sensación que se me está agotando la paciencia, se me está doblegando el orgullo, me estoy hartando de tanto indolencia, tengo la sensación de que estamos cada vez peor, cada vez más lejos...

   Estoy aturdido de tanto mediocridad, como mediocre fue aquel comentario del entonces ministro de interior y justicia que ahora es gobernador cuando dijo que la inseguridad era una simple "Sensación" y en eso ando hablando de sensaciones, esas que a diario cuando salimos a las calles sentimos, aturdidos por el trafico, la gente, la basura, el comercio informal, los indigentes, todo en un mismo rincón, todo aqui, en las calles de la patria.

   Ir al supermercado o a unos cuantos para hacer la compra, en unos encuentras las salsas y en el otro las pastas y así vamos, el cumulo de sensaciones está inmerso en la vida diaria, ir al banco a retirar la quincena con la sensación de que no te va a alcanzar, salir del banco con la sensación de que los dueños de lo ajeno pueden ultrajarte la dignidad para quitarte lo poco que con tanto trabajo obtuviste y vas al supermercado, la charcutería, la carnicera y tiendas de autoservicio y sales con la sensación de que no te alcanzó, sales a las calles con la sensación de que no se encuentran repuestos, que los amortiguadores pueden retrujar pues la vialidad está como para volver a grabar funce race en las "Ciudades" y si te enfermas, vives en la constante sensación de que en el hospital no podrán atenderte "No hay material, no hay camas, no hay personal, o a unos cuantos motorizados los alcanzó la sensación de irrespetar las normas y atravesarse entonces entre las conjeturas estan atrofiados" Es así, vivimos con la constante sensación de que esta no es la realidad que queremos ni la que debemos vivir.

Cotidianas las sensaciones que compartimos, aqui debo hacer publicas las mias que debo decir, con certeza, son afirmaciones sensitivas. 

Tengo la sensación incierta de que nos hace falta gobierno, nos hace falta país, tengo la sensación constante de que como ciudadanos venezolanos hemos fallado, no estamos reclamando lo suficiente, tengo la sensación de que la ineptitud de Nicolás y sus ministros a diario nos van a hundir un poco más, tengo la sensación de asfixiarme mientras el gobierno balbucea entre la corrupción y la paz inexistente, tengo la sensación justificada de que violaran cualquier ley, cual norma para aprobar la habilitante, tengo la sensación segura de que no hay "Poder especial" alguno que pueda acabar con la estupidez de Nicolás y de quienes aún son afectos al gobierno. 

Tengo la sensación de estarme equivocando, pues hice una metafora de lo que realmente es nuestra triste y cruda realidad.