Destrucción ¿justificada?

A propósito de la lamentable noticia del fallecimiento de un joven actor estadounidense a causa de una sobredosis una vez más tengo una cita tajante con mi conciencia y es que, en mitad del silencio hay cosas que realmente me aturden, la realidad no es ajena a la sociedad en donde vivo, ni siquiera es ajena a mi entorno ni a la realidad del país. ¿Una sobredosis? Tal vez no una sola, sino muchas. La sociedad siempre está dispuesta a juzgarte e incluso los amigos pero aún así no hay justificativo coherente para el uso y consumo de drogas.

Soy muy joven lo acepto, hay muchas cosas que aún no comprendo que ni siquiera conozco a plenitud, considero que a esta edad adoptamos actitudes destructivas por el simple placer, vivir el momento, una dosis de éxtasis que lamentablemente termina siendo insaciable ¿Saciar algún vacío? No lo sé, tal vez es la insatisfacción de tenerlo todo o no tener nada, inmolarnos mientras destruimos cada milímetro de nuestras neuronas, cada célula, cada tejido de nuestra compleja anatomía, estamos enfermos de destrucción y entonces nos destruimos.

De cualquier tontería nos hacemos adictos incluso estamos adictos al caos a los problemas a la confrontación y es que ¿quién no tiene una adicción? Hasta por los chocolates.

Pero las drogas, las sustancias psicotropicas, los estupefacientes son cada día más parte de la epidemia, no juzgo, no crítico, pero refuto ¿Saben cuanta gente conozco que se destruyó por completo? Acabó con su familia, con sus amigos, con su entorno por el simple hecho de querer satisfacer lo insaciable.

Me preocupo, a veces demasiado, me molesto, me siento impotente, hay tanta gente en eso... Tanta gente que conozco, que aprecio, que valoro y que hartos de la destrucción se están destruyendo.

¿Amilanando problemas? ¿Aligerando las cargas? Es que el éxtasis me lleva a las nubes... Pero luego te encuentras al suelo, la tierra, que golpea mucho más fuerte tú sistema nervioso central, el periférico, incluso atenta contra tus sentidos, hasta tus extremidades padecen la impaciencia y el sabor placentero de aquel "jalón" que destruyó tus neuronas con la misma eficacia que amilamo la sensación de dolor de aquellas puntadas por sensación de placer, un placer excitante que terminara siendo fúnebre.

¿Somos capaces de controlarnos? Tal vez sí o tal vez no, todo depende sí decidimos renunciar a la conciencia por un "jalón" por un trago, por un pequeño estímulo en miles de pinchazos por una inyectadora o el amargo sabor de una píldora que traspasa tú garganta y sé aloja en tú sistema digestivo.

Como sociedad debemos aceptar que estamos enfermos, muy enfermos, que estamos en medio del caos y la destrucción y paradójicamente de música, música que suena fuerte que acelera nuestras fermonas, las hormonas, la testosterona que desbordan la razón por un segundo de placer. Ese placer que me preocupa que me golpea lo que tal vez aún me queda de corazón, pues he visto tanta gente destruirse y sigo viendo tanta gente destruyéndose por un jalón, un jalón de éxtasis que los hizo levitar para luego caer, en un abismo que tristemente término siendo fúnebre.

No soy quién para juzgar, no soy el más correcto ni soy el más honesto incluso soy responsable de mis propias adicciones, y quiere ser aún más adicto a la razón, a la razón y la conciencia que me invita a aferrarme a las personas que quiero y a la humanidad entera que pretende huir de tanta destrucción, ¿autodestruyendose o justificandose?

"No lo entiendes? Todos somos perdedores, todo el mundo en esta escuela. No, todo el mundo en esta ciudad. De todos los niños que se gradúan no más de la mitad irán a la universidad y dos saldrán del estado a hacerlo. No tengo miedo de ser llamado un perdedor puedo aceptar que eso es lo que soy ... Pero tengo miedo de rechazar algo que me hizo feliz por primera vez en mi vida,lo siento. " QEPD. Cory montheith 11. May 1982 - 13 jul 2013

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